| La Empresa Eléctrica Quito (EEQ) entrega a la capital de los ecuatorianos el mural “Quito Luz de América”, ubicado en el sector de la “Y”, como homenaje al Bicentenario del Primer Grito de la Independencia del 10 de agosto de 1809.
El acto, uno de los más relevantes del programa que la EEQ viene efectuando a lo largo de este año para conmemorar esa gesta histórica, tendrá lugar el 2 de agosto, a las 10h00.
En una extensión de 240 metros, el pintor ecuatoriano Washington Mosquera, conjugó los símbolos arquitectónicos del Quito colonial, con escenas pictóricas de lo que fue la gesta del 10 de Agosto. En la elaboración de la obra participaron activamente los trabajadores de la EEQ, integrantes del taller de Dibujo y Pintura, quienes ayudaron en la molienda de los colores, decoración de los espacios arquitectónicos y barnizado del conjunto.
El diseño arquitectónico fue levantado sobre los diseños de Mosquera por el arquitecto Rubén Carlosama, y lleva como gran título: “Quito Luz de América”, compuesto por seis paneles.
El primer panel, denominado Bestiario: es un espacio que muestra no solo a los héroes, sino también a la gente. A ese pueblo que fiel a sus ideales peleó hasta alcanzar la Independencia. Utiliza los colores simbólicos que tenía Quito hasta 1809.
El segundo, bautizado como Lucha del cóndor y el león, está integrado por un felino que es la representación de la opresión, del yugo dominante; y un cóndor, ave andina, que identifica la entereza de los patriotas y su coraje para alcanzar la libertad.
El panel Héroes Anónimos, consigna un triunfador de la gesta que lleva como turbante la bandera de 1809. Se destaca Manuela Cañizares, una de las mujeres más influyentes en la revolución quiteña, noble y de carácter férreo. Un jardín andino, una chuquiragua y flores junto a un niño que avienta pétalos de gloria.
En el centro una mujer fuerte, fértil que seguirá creando quiteños libres. Ella corona a su compañero con laureles dispuestos a cobijarle con las banderas de la victoria. Junto a ellos, una pareja contemporánea que avanza junto a la ciencia, el trabajo y la cultura. Resalta la imagen de Anita Bermeo, “La Torera”, símbolo anecdótico de quiteñidad.
El cuarto de los paneles, La Libertad, pinta sobre un fondo verdoso, a una mujer que representa la Libertad, lleva en sus manos laureles y luces blancas, parada sobre varias cabezas ensangrentadas. Es más que una dama de hierro, un trofeo de vida, conseguida con la sangre del pueblo.
Bajo la denominación de Quiteños ilustres, aparece la figura de Rumiñahui, con su fuerza y arrogancia. También está Manuela Sáenz, laureada vestida de Bolívar, inteligente, activa, la quiteña que pone las manos al fuego por la ciudad junto a Eugenio Espejo, intelectual, científico, culto, honrado; héroes generosos los tres.
Finalmente, el panel Flama de la Victoria, registra un joven que alegremente tiene en sus manos la flama de la victoria. Vestido con una camiseta deportiva que la sabiduría del pueblo eligió para lucir el orgullo de ecuatorianidad.
Junto a esos paneles, se ubican dos placas de piedra de 2,40 metros de alto por un 1,20 de ancho, que contienen dos frases célebres del precursor de la Independencia, Eugenio Espejo: La una, firmada por su propio nombre: “La luz de la sabiduría de un quiteño libre, puede iluminar el mundo entero”; y, la segunda, bajo su seudónimo, El Duende, que dice: “De una generación a otra, alguien siempre fecunda la revolución emancipadora”.
Al pie del mural se construyeron jardineras adornadas con flores y la vereda lleva adoquines de colores.
Washington Mosquera, autor del mural, es un conocido artista que ha sido invitado a más de 5 bienales internacionales, ha realizado 25 exhibiciones individuales y 41 colectivas en el Ecuador y otros países como Alemania, Francia, Italia, Egipto, España, Estados Unidos, Canadá, Japón, Colombia, Venezuela y Cuba.
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